¿Y si las alternativas ecológicas no son tan buenas?
Si ya has empezado a hacer cambios en tu estilo de vida y te estás dirigiendo hacia una existencia más eco-consciente o eco-friendly, entonces puede que ya hayas experimentado unos cuantos “prueba y error”.
En primer lugar, una de las primeras lecciones en el cambio hacia la sostenibilidad es no volverse loco y sustituir productos que funcionan perfectamente por otras alternativas sin plástico o sostenibles, simplemente porque quieres hacer una declaración sobre tu nuevo estilo de vida zero waste y respetuosa con el medio ambiente. Si tienes un Tupperware en el armario, utilízalo hasta que ya no sirva para nada. Así, solo cuando hayas agotado todos los productos o utensilios que tienes a tu disposición, puedes empezar a considerar cambiar a opciones zero waste.
Sin embargo, digamos que estás un poco más adelantado y has hecho espacio para que algunos productos nuevos entren en tu estilo de vida sostenible, pero, probándolos tienes que admitir (aunque solo sea a ti mismo) que no están del todo a la altura. Ocurre. Y cuando esto pasa, ¿qué debemos hacer?
Pues bueno, en primer lugar, ¡no te tortures! Te estás esforzando al máximo para hacerlo bien. Has invertido tiempo y, sin duda, una considerable cantidad de dinero en un nuevo producto que piensas que será la repuesta a tus sueños zero waste, pero no funciona. Veamos qué puedes hacer al respecto.
¿Le has dado suficiente tiempo?
Cuando se trata de cambiar un producto diario al que llevas años acostumbrado, como productos cosméticos como puede ser el champú, la pasta de dientes o la crema corporal, es muy probable que te lleve tiempo adaptarte a algo totalmente diferente. Con el champú sólido está comprobado que la mayoría de la gente necesita pasar por un periodo de adaptación mientras tu pelo y cuerpo se habitúan al nuevo régimen de aceites y mantecas naturales. Este periodo de adaptación puede variar mucho de una persona a otra y en algunos casos puede durar dos semanas mientras que en otros puede llevar seis meses. No solo es una adaptación al producto en sí mismo, sino que también a la forma en la que se emplea. Si estás acostumbrado a echarte un chorro de champú en el pelo y obtener una generosa cantidad de espuma, pero ahora tienes que conseguir la técnica correcta para generar espuma a partir de un champú sólido, entonces te llevará tiempo acostumbrarte al nuevo hábito. Esto se puede aplicar a cosas sencillas como reemplazar el film transparente por envoltorios de cera o las esponjas de lavado tradicionales por esponjas de lufa. Sin embargo, esto llevará tiempo y necesitarás dejar un periodo decente de adaptación para que todos los cambios que puedas estar llevando a cabo.
¿Podría beneficiarse alguien más del producto?
Una gran parte de nuestros avances al zero waste o de nuestros pasos hacia un estilo de vida más sostenible se convierten en algo totalmente gratificante cuando al transmitírselos a otros ellos también empiezan a hacer cambios. Solo hace falta una conversación para iniciar un “efecto dominó” en el que, de repente, todo tu grupo comienza a informarte sobre sus descubrimientos ecológicos o sus avances en el zero waste. Dado que es muy probable que ya hayas hablado de tus esfuerzos en el terreno de la ecología a algunas personas, ¿podrías darle el producto nuevo a alguna de ellas? Lo que a ti no te funciona, podría ser la solución perfecta para otro. Puede que estés sin un duro en el bolsillo, pero si el regalo es generoso, entonces dile a la otra persona que se trata de su regalo de cumpleaños adelantado y que estás intentando ser un consumidor más responsable y sostenible, por lo que cuando llegue su cumpleaños (o Navidad) no le vas a regalar nada que esté nuevo y brillante.
¿Deberías intentar algo más?
Si le has dado el tiempo suficiente y has conseguido darle el inútil producto ecológico o zero waste a un amigo, compañero, vecino, etc., de una manera responsable sin que nada terminara en la papelera, entonces quizás sea el momento de intentarlo de nuevo. Alomejor hay otro producto ahí fuera, que encaja mejor con tu tipo de pelo, de piel o de rutina de limpieza (¡suponiendo que exista!) o con tus necesidades en general. El mercado de productos ecológicos en todo el mundo crece día a día y con un poco más de tiempo y de investigación, estás destinado a encontrar otro producto que probar. Si vas a buscar nuevas soluciones ecológicas a tus necesidades, trata de asegurarte de que compras de manera responsable y en negocios locales con la menor huella de carbono posible.
Ponte en contacto con el proveedor
Si algo no te ha funcionado, por cualquier razón, en primer lugar, ponte en contacto con el vendedor. Dar tu feedback es vital, especialmente para los pequeños negocios que intentan aportar su grano de arena en el mercado ecológico. Incluso si tu opinión pudiera ser negativa, cualquier tienda/almacén/fabricante estará dispuesto a escucharte. Puede que te den algunos trucos que te ayudarán a usar mejor el producto o de una forma más efectiva. También puede que tengan una alternativa que puedas probar, y, todavía mejor, puede que te ofrezcan un descuento para tu próxima compra con ellos. Transforma tu mala experiencia en una buena poniéndote en contacto con el vendedor para que te aconseje. Incluso mejor si puedes etiquetarlos en un post, comentar (amablemente) en uno de sus posts o simplemente enviarles un email o un mensaje por redes sociales. Ellos apreciarán cualquier forma de contacto, especialmente si se trata de una empresa pequeña que puede ofrecerte otra solución ecológica.
Si todas las opciones fallan…
Bueno, lo que ocurre en estos casos, depende del producto y de la situación por supuesto, pero si encuentras que has agotado todas las posibles opciones ecológicas y que te has esforzado por sustituir un producto y realmente no te ha funcionado, entonces a veces tenemos que aceptar que algunos de los productos ecológicos existentes en el mercado actual no están a la altura de nuestros básicos menos “eco-friendly”. Puede que te encuentres que tienes que volver a la temida botella de plástico o al temido clásico tubo de pasta de dientes o al detergente líquido o a las pastillas de lavavajillas una vez más… Sin embargo, ¡no te recomendamos que hagas esto durante mucho tiempo! Pero tenemos que darnos un respiro y saber que cada paso que demos en nuestro camino ecológico o en nuestra búsqueda de un estilo de vida más sostenible es un paso en la dirección correcta. Si en tu baño no hay plásticos, pero no puedes renunciar a tu esponja de limpieza o si has hecho grandes cambios en tu cocina, pero la pasta de dientes natural te da ganas de vomitar, entonces no des más de un paso al mismo tiempo y date cuenta de que probablemente, en general, lo estás haciendo mejor que la mayoría.
En general, el mensaje es que hagas lo que puedas y le hables al resto (y a los vendedores) sobre tus avances y beneficios con el estilo de vida “zero waste” y poco a poco estos cambios que son más difíciles de llevar a cabo, llegarán a ti con el tiempo. Seguid intentándolo, ecologistas, os cubrimos las espaldas y creemos que lo estáis haciendo genial.
¿Hay algún producto ecológico con el que os estéis peleando? ¡Cuéntanos en comentarios!